martes, 12 de marzo de 2024

No te harás imagen (FrikiTeologia)

Akira-Sama (AKIRA TORIYAMA pa los cuates), desde los tiempos de Aralé (1984), solía autoretratarse como un robotito con máscara antigases. Aunque los últimos días han circulado algunas fotos suyas, se pueden contar con los dedos, y todas básicamente son de su juventud. En realidad no ha sido relevante poder ver el rostro de 67 años (aunque circula por ahí alguna foto reciente). 


La verdad es que al pensar en Akira Toriyama pensamos en Aralé, Gokú, en sí mismo como ese robotito postapocalíptico. Esto es muy típico del mundo del manga y del ánime, los autores son reservados en su imagen pública, les preocupa más la reputación de su NOMBRE que el reflector sobre sí. 


Hayao Miyazaki, cuya película "El niño y la garza" y creado de obras cumbres como “El viaje de Chihuro” o “El increíble castillo vagabundo”, ganó un Oscar a la mejor película animada ha sido también muy reservado en su imagen, tanto que no fue a recogerlo. Rara vez se le mira. 

Alguna vez, y como todo buen papá, evangelice a mis hijos en la vida y obra de Goku, los hice discípulos de las tres video sagas hasta hacerlos sus testigos. Y fue ahí donde usé de pretexto de ese gusto para evangelizarlos ya teológicamente al Dios de mis padres.

Dios tampoco se deja ver (mucho), y aunque hay leyendas urbanas de que Abraham o Moisés lograron verlo "cara a cara", lo cierto es que fue en condiciones por lo demás místicas. Dios no da entrevistas. Por su obra magna, la Biblia, sabemos que como Akira Toriyama, a Dios le gustaban las batallas épicas como cuando Elías elevó su Ki al máximo y su sola aura de fuego devoró a todos los profetas de Baal (1 Reyes 18). 

O cuando Moisés abrió el Mar Rojo con un Kamehameha (Éxodo 14). 

También sabemos que Jesús dominaba la "técnica de volar" (Bukujutsu) y, como era de buen corazón, se fue encima de la Nube Voladora: 

"Después de haber dicho 

estas cosas, 

fue elevado

mientras ellos miraban, 

y una NUBE le recibió

y le ocultó de sus ojos."

(Hechos 1:9) 


En la Biblia, Dios nos entregó un universo donde los animales pueden hablar, sean Serpientes (Génesis 3) o mulas (Números 22:27-33). Igual que en Dragón Ball.


Desde luego, también hay Resurrecciones. Además de la de Jesús, Lázaro o la hija de Jairo, también está aquel muchacho que Eliseo logró revivir después de juntar un chorro de fe (equivalente a las 7 Esferas del Dragón). Y es que quedó confirmado cuando al resuscitar, el muchacho estornudó 7 veces. Una vez por cada Esfera (2 Reyes 4:32-36).


Ya vieron que los otakus del anime, y los otakus de Cristo estan dispuestos a reconocer semejanza.


Sin embargo, yo no tengo duda. Cada vez que cierro la Biblia después de terminar un gran capítulo, emocionado por lo que deparará el capítulo siguiente, terminó con una oración de alabanza diciendo:  DIOS, ERES MI “MANGAKA” FAVORITO. 

Adonai-Sama y Akira-Sama. Ambos con su rostro cubierto. Porque lo importante no es su faz, sino su Obra (Salmo 19:1). 

Y así, queridos insectos, fue que mis hijos acompañados en su niñez por una biblia con imágenes y un cómic tipo manga que relataba historias impactantes de la biblia fue que empezaron también a adorar a Nuestro Supremo Dios con la promesa de entrar algún día a su palacio supremo. Esperando ese momento, cómodamente desde su Kame House.

lunes, 26 de febrero de 2024

Tiro de 3 puntos

Una de las miles de cosas que admiro de mi papi, siempre fue su capacidad deportiva. El amaba jugar futbol, disfruta mucho de un buen juego de frontenis y se le daba manejar la bola de Basketbol.

En la búsqueda de mi identidad deportiva, me inscribieron en un equipo de futbol infantil, me emocionó la idea, pero en mi partido debut, no hacía más que taparme la cabeza cuando me pasaban la bola. Mi padre vio que definitivamente no era lo mío y dejó de insistir. Intenté a nivel cascarita agarrarle gusto pero solo conseguía faltas, chingadazos y autogoles. 

El salto de mi niñez a la adolescencia se dio a finales de los 80s y principios de los 90 y mi atención deportiva la atrapó un trío de negros que pasaban los 2 metros de alto. El majestuoso Kareem Abdul Jabbar, James Worthy y el inigualable Magic Jhonson. Aquella final del 88 vs los Pistones de Detroit despertó en mi una curiosidad por ese deporte que nunca había sentido. Quería imitar los tiros de tres de Worthy, los “Ganchitos” inigualables de Kareem y la increíble habilidad del Magic. Ante tal curiosidad, mis papás me regalaron una Minicanasta con 3 balones que puse en la puerta de mi cuarto y ahí encerrado comenzarían mis fantasías.

Fue hasta la secundaria donde tuve más acercamiento a los equipos deportivos y de nuevo había espacio solo para el futbol. Obvio no fui aceptado. Digiriendo mi realidad me hice a la idea que no destacaría deportivamente, y fue hasta que en una ocasión, un amigo de la época, Marcelino Mayen, me invitó al juego del equipo de basket un sábado. A saber que Marcelino a la edad de 13 años ya media más de 1.70 y su servidor era el segundo más enano del grupo. Cuando llegamos con sorpresa vi que Marcelino era parte del equipo. A medida que pasaba el tiempo, el equipo rival ya estaba completo y el de mi secu jugaría sin cambios. La maestra Caballero decidió jugar así con el equipo mermado. Todo el tiempo era un estira y afloja por parte ambos equipos, y ya en los últimos instantes del partido, un muchacho de nuestro equipo cayó rendido ante un calambre en su pierna y al no tener alternativa, tuvo que salir. La maestra Caballero no tenía opción, -“Que hacemos chingada madre?”. Y fue cuando mi amigo Marcelino le dijo, ahí está un amigo mío viendo el juego. 

-“Que esperas morro, que te ruegue?, ponte la casaquilla y entras de cambio”.  Me gritó la maestra. Y ante nervios y confusión hice lo que pidió. Me vestí con la casaquilla que tenía el número 15 y salté a la cancha, entre empujones y manotazos procuraba retener y conducir la pelota y adaptarme al nivel de mi equipo. 

-“Falta 1 minuto, vamos abajo por 2, pónganle huevos chingao”, repetía la maestra encabronada, y al término de ese grito, nuestro defensa recupera un balón al aro y trataron de salir.


-“Mándasela al 15, carajo. Está solo”. 

Y si, como no era muy hábil, no requería de mucha marca personal. En mi mente mientras me llegaba la bola, pasaron recuerdos de cuando los balones de soccer me llegan y yo todo timorato, los evitaba. Pero nel, ya no era tiempo de echarse pa atrás, y en el instante que me cayó el balón, ante mi miedo y mi propia presión psicológica decidí tirar al aro con los ojos cerrados.


-“No maaaames”. Grito la maestra decepcionada, pero cuando finalizó la expresión, la bola entró y se convirtió en un maravilloso tiro de 3 puntos, mismos que nos dio la victoria. Todos me felicitaron, me abrazaron al grito de “Buena, 15”. Finalmente la maestra Caballero se acercó, solo me dijo “Que huevotes los tuyos eh, eras el único hombre, podías a ver entrado hasta el tablero y buscar los 2 puntos para el empate pero decidiste el tiro. Bien 15, te espero para seguir entrenado.”  Y fue ahí donde comenzó mi pasión por el Bascuco. 


En los meses siguientes, la maestra Caballero se cambió a la mañana y quedamos en manos del Maestro “McGuiver” quien me dijo alguna vez “Tu eres el del tiro mágico verdad, veremos si no fue suerte” y me daba consejos para seguir perfeccionando los tiros y al final resulta que si era bueno. Fue de las cosas más bonitas me que pasó en la secundaria y ya, a nivel vocacional llegó la hora de desarrollarme a nivel “semi pro”, no lo hicimos tan mal, el Básquet ya era parte fundamental en mi vida.


Hoy a menudo, con mi rodilla hecha mierda y con una medallita de mejor encestador de 3, recuerdo ese gran viaje. Escucho las palabrotas de la maestra Caballero gritando “Mándasela al 15”, los gritos ensordecedores de la comunidad de la voca 3 apoyando en los partidos. Y recuerdo con alegría las cascaritas sabatinas en el parque Tezozomoc, En el deportiva de la Provi y en San Juan Tlihuaca. Recordando siempre a mis amigos y rivales de pasión, Marcelino Mayen, quien me inició en esto, mi carnal Antonio Molinero con él admiraba tenis y jugadas, mi querido hermano y amigo César Valseca, Vicente “Cachas”, Víctor Levario, Los hermanitos Enrique y Mahonry. Memo Galindo, Humberto Still, Fernando Jiménez, mención especial a mi querida amiga Fanny Cisneros quien el basket le dio mucho y la admiraba por ello. Tengo muy bonitos recuerdos de ustedes conmigo tirando canasta. Para algunos el básquet será un hobbie. Para mí es vida. Y es que me rescató de la mediocridad deportiva, me descubrió como persona hábil. Como diríamos en los noventas “i love this game”. Te quiero mucho bascuco, nunca terminaré de agradecértelo…

viernes, 8 de diciembre de 2023

Crónica de Banqueta

De más morro, una noche salí por unos cigarros y fui por ellos a una vinata de mi colonia. Cuando llegué, un honorable señor, digno miembro del escuadrón de la muerte que parecía me estaba esperando, me taloneó para su «panalito». 


—Va, sólo aguanta a que compre mis cigarros— le dije. Y pues eso, pagué con uno de 200 y le di todo mi cambio. 

—Con eso y hasta te alcanza para una piruja— le dije en tono de broma. Él, con los ojos a punto del llanto, me pidió que lo esperara tantito. Me dio curiosidad y así lo hice. Cuando regresó compró 2 vasitos desechables me invitó un trago de su panalito que mezclaba con una suculenta Bonafina.

—Ven, te invito a pasar a mi casa (la calle) y por favor toma asiento en mi sala (la banqueta)— me dijo muy amable y en serio. Y así lo hice. Admito que me gustó estar ahí, en medio de la noche y del frío platicando con aquel hombre. Me gusto convivir con ese vato que aunque en medio de harapos y olor a “miados”, es más auténtico que muchos que conozco que viven y visten bien. También me gustó la inmunidad que otorga la perdición y la malafortuna, y es que varias patrullas pasaron por nosotros, nos miraron lentamente y siguieron de largo. 


—Vaya, desde hace mucho tiempo me hubiera gustado saber que andar mugroso y con el rostro gris, te hacen invisible— le dije a mi nuevo amigo. —Jejeje, sí, en todo hay cosas buenas— me contestó. 


Le di un segundo trago a tan fino cocktail y seguimos hablando de puras desgracias, tenía mucho que no me sentía tan bien. Al final me levanté de su sala y él también lo hizo. Nos estrechamos las manos y me dio un abrazo, después me vio fijamente a los ojos y me dijo: «Muchas gracias, manito. Y no olvides vivir como el sol, siempre ardiendo». 


Y piensen lo que quieran, pero ese abrazo y ese consejo, fueron de los más fraternales y sinceros que he sentido en mi incendiaria vida y pues eso, que también si me ven que ando incendiando y dejando huella ahí donde voy pasando, ya saben de donde vino ese rasposo consejo. Bays!.

jueves, 6 de octubre de 2022

Mil y un formas de cagarla

Detrás del depa donde vivo, hay un mercado que meses atrás, sufre de eternas remodelaciones que más bien apestan a desvío de recursos. Pues cierto día tuve unas perras ganas de comer tunas y me dispuse a ir por un vasito lleno de ellas y antes de entrar al mercadito, saludé a un señor viejo, moreno y con un par de brazos que hacían juego con lo que estaba haciendo: un muro que dividirá ciertos puestos. Sus tatuajes tenían esa estética que le advierten a uno no hacer alguna pendejada. A su lado estaba el jefe de obras y mi lado chismoso preguntó qué pa cuando quedaba el asunto, a lo que recibí un valemadresco "Ya merito", y cuando se volteo y vi su gafete de la benemérita alcaldía de la GAM, leí su nombre. Algo pasó en mí, no sé describirlo: en el momento en el que terminé de leer la última sílaba de "Larry Gastón Niño Prieto", mi mente ya había maquilado mil y un perras formas de joderle la vida.

Ante mí intento de risa, fingí que fue un estornudo, tuve que retirarme sin perder la compostura y ya en el puesto donde vendían mi suculento antojo, me encontré con el albañil del muro, que estaba, al parecer, en un descanso breve. Nos saludamos y tuve la conversación más corta que he tenido en años.

— Buenas tardes ¿Ya casi queda?
— Sí, ahí va quedando. Ya le falta poquito, nomás que está cabrón el sol. Ranulfo, mucho gusto...
— Mucho gusto, soy Julio...
— Sí jode el solecito, qué más quisiera que estar viendo el partido del Messi con una caguamita pero ni modo, hay que darle, aunque sea bajo el sol. Si de por sí está uno feo...
—Ánimo Ranulfo, aguanta a que baje un poquito más el calor. Quieres saber de cosas feas?, allá afuera me topé con un cabrón que se llama Larry Gastón y ya mejor ni le platico de sus apellidos. A ese vato le sacaron la tarjeta roja, antes de empezar esta final de Champions League, llamada vida.

Algo brilló en sus ojos, y pude notar que las venas de sus potentes brazos se hincharon. "Ese es mi hijo", dijo serio y en un tono que olía a mínimo dos chingadazos. No dije nada. Me levanté, pagué mis tunas y exprese un timorato "Bueno, luego nos vemos, mucho gusto" y me largué de ahí. 

Llegando al depa, vi que el Real Madrid le pegó una madriza al PSG. "Qué bueno que perdió Messi. Pinche Ranulfo mamón, la caga por poner nombres así", pensé. Y ya mejor no dije palabra alguna por el resto de la pinche tarde.

martes, 11 de enero de 2022

Consecuencias

Tuve un vecino de nombre Carmelino López, alias "el gordo". En una ocasión Carmelino no había dejado de llorar todo el pinche día y ya me tenía hasta la madre. Norita, su hermana, le ha estado diciendo a repetidas ocasiones que ya se tranquilice. 

Notita tenía cinco añitos y me daba ternura cómo consuela a Carmelino, que no ha de superar los 6 años de su existencia. El gordo lloraba porque no encuentra su Max Steel, y sin él no puede guiar a su ejercito a invadir la banqueta del vecino, ni a destruir ningún tanque imaginario.

El problema de Carmelino es que no entiende que ese día, estaba experimentando, por primera vez en su vida la pérdida, el descuido y el adiós de algo que quería mucho y no asimila que tiene de frente el vacío de algo que ocupaba la felicidad en forma de un juguete  mamadísimo y guapo. 

Él llora y Norita ya se hartó de consolar a su carnal. Los dos centímetros que hay entre su boca y su nariz tienen, como canal comunicativo del dolor, un río acaudalado de mocos y mugre. Las mejillas tienen la salinidad de la tristeza, y sus ojitos hinchados suplican desde su infancia que vuelva eso que se ha ido. Me da tristeza, me acerco bondadosamente y con un tono paternal me dirijo a la criatura.

—¿Te gustaba mucho tu Max Steel, hijo?
—S...s...si... — me dice con espasmos y sin hablar bien.
— En la vida habrán cosas que irremediablemente vas a perder, nene. No te desanimes, el dolor siempre pasa, el padecimiento siempre pasa y cuando menos te lo esperes eso se va convirtiendo en cierto resentimiento... Tal vez odio.
— Dishe mi mamá que shi no dejo de llodad she lo va comer el pe pe perro
— El perro no se lo va a comer, pero es probable que tu Max Steel ya esté en manos de otro morrito.
—...— no dice nada aunque empieza a hiperventilarse con ganas de querer soltar el llanto, pero antes de que lo haga lo interrumpo.
—Cuando crezcas vas a comprender el significado de la palabra "Consecuencia", gordo. Todas esas veces que tocas a mi puerta por las mañanas, todas esas veces que me has despertado con madrazos en la puerta, para luego salir corriendo mientras ríes también tienen consecuencias y aquí las tienes —Le digo amorosamente mientras me levanto con una sonrisa y le juego un poco su cabellito feo.

Llegando a mi habitación, un general de la división de infantería imaginaria me observa, está ahí sentadito, guapo y mamado en mi escritorio. Me observa beber mi café mientras escucho un himno a la venganza en voz de un coro ruso, y me sonríe casi con maldad. Levanto mi taza de Snoooy y brindo por el karma universal. 

miércoles, 3 de noviembre de 2021

Colección Día de muertos.

"Llora una vez, pero no llores dos veces; tus primeras lágrimas me regalan un río que cruzar, pero las siguientes provocaran tormentas imposibles de andar en tu vida. 
Llora una vez, pero no llores dos; te prometo ser feliz allá donde voy." 

"Esos nuestros lindos y amados difuntos que no vienen a jalarnos las patas, sino a movernos la memoria.

Abuelitas hermosas, Tita y Rosita, acá todo sigue igual, las extraño muchito. Esperando que el tiempo nos iguale para que me abracen de nuevo."

"Fantasmas de mi juventud, momentos divinos. Murieron tempranamente. Los venero hoy como a mis muertos." 

"Los muertos reciben más flores que los vivos porque la culpa es más fuerte que el agradecimiento.

Hay familia que ha muerto y que extraño en vida, y familia que vive y que para mí han muerto." 

"Llora una vez, pero no llores dos veces; tus primeras lágrimas me regalan un río que cruzar, pero las siguientes provocaran tormentas imposibles de andar en tu vida. 

Llora una vez, pero no llores dos; te prometo ser feliz allá donde voy."

"Quienes se nos adelantaron en el camino, nunca se han ido. Les gusta esconderse en las calles, en la música, en la comida, en los sueños... En los recuerdos."


jueves, 7 de octubre de 2021

Casino Shanghai

Cuando escuchamos del término del Electro pop en México, resuenan en los oídos nombres de agrupaciones como Moenia, Belanova, María Daniela o Sussie 4, pero si le escarban más atrás, lejos de los sellos discográficos de renombres y los patrocinios payoleros, se toparan con nombres como Olé olé o Alaska y Dinarama.

Este último, me atrapó en mi niñez, eran mágicos esos momentos en que deberías de tener listo el cassette en el estero familiar para en cuanto sonara la rola, poner la combinación de rec y play para perpetuar por siempre tu viaje musical en la cinta.

Alaska y Dinarama no siempre fueron Alaska y Dinarama, pasaron por nombres como Kaka de Lux o Alaska y Los pegamoides. Fue muy intenso y agradable para mi yo morrito, ver y vivir la evolución musical de Alaska y ver el monstruo en que se convertían.

Creí que lo eran todo electrónicamente, hasta que en una vez en casa de un amigo de la primaria (Oswaldo Benitez), su hermano mayor, al oir que platicábamos de ellos con enjundia y pasión, se quitó sus audífonos tipo Jacobo Zabludowsky de los 70s y nos dijo en tono burlon: -Están chavos-. Y de su colección de Lps, sacó una compilación de una Disquera precursora del sello Rock en tu idioma, llamada ComRock. Había bandas que no sabía que existían en ese momento (Mask, Dangerous Rhytm, Three Souls in my mind) pero se enfocó en uno sola: Casino Shanghai.

Como describirlo, al escuchar ese intro austero y a la vez hipnótico, como poco a poco ese sintetizador se iba apoderando de la música y tus sentidos, con un tono color violeta. Me di cuenta que México aún esconde tesoros musicales. La Voz de esa chica cantando en un inglés respetable, denotaba un hambre de sobresalir, ganas de triunfo. Me contó el hermano mayor de mi amigo, la trágica historia de ComRock como Disquera y de como solo les grabó un disco a esa bandota.

Que demonios. Solo había escuchado una canción y quería más, pero ya no tenia material de ellos. La rola se había quedado solo en mi cabeza. Fue después en una mañana, que en un programa de Ricardo Rocha hicieron un resumen de sus entrevistas y en una de ellas nunciaban a una banda mexicana que iniciaba en los terrenos de lo electrónico, y mientras yo hacía tarea, volví a escuchar esa melodia y de inmediato las mismas tonalidades violetas volvieron a apañar mis atenciones y por primera vez mire tocar a la banda, vestidos con un atuendo de los años 20. Supe que Ulalume, era el nombre de la chica que daba voz a la música que tanto me hipnotizaba. Ya más adelante en el beato mercado del chopo pude conseguir el material completo y un par de fotos de la banda que me llamó la atención y que su vez me abandono.

Es por eso señores del jurado que cuando alguien me comparte un gusto musical, trato de ayudarle a entender que su música tiene un origen, y como todo origen, viene de un cambio, de otro mundo, de un color violeta, unas melodías poderosas y una voz hermosa, que da luz a los recuerdos...

https://m.youtube.com/watch?v=1XPZwmX_cJc&feature=youtu.be