miércoles, 25 de febrero de 2015

Diario de un filósofo: La polaca en mi infancia

Cuando yo era un Lobato, un pequeño infante 'come mocos', practicante en esos complejos artes de amarrarse las agujetas, por alguna razón los partidos políticos me obsesionaban. Nombres como Cecilia Soto, Cuahutemoc Cárdenas, Manuel Clouthier y el ojete orejón del Salinas eran parte de mi vida diaria. Estaba el PRI con sus colores patrios, el PRD con un Solecito que parecía diseñado por cualquier compañerito de mi kinder 'Ricitos de Oro' y estaba el PAN que ya sabia el verdadero significado de sus siglas. 

Cuando escuchaba a los fastidiosos adultos discutir sobre quien era el menos peor, yo también entraba en una profunda crisis; Yo votaría por él de la bandera mexicana, aunque el del Solecito parece darnos energía y mucha gente pobrecita le sigue, pero seguro los del PAN significaría alimento para las personas. Fueron mis primeros pasos en la política.

Pero lo único que lamento de esos tiempos es que en mi casa no existía la libre expresión majadera a mi corta edad, ya que de seguro les hubiera expresado "iA la chingada los 3!".