miércoles, 3 de noviembre de 2021

Colección Día de muertos.

"Llora una vez, pero no llores dos veces; tus primeras lágrimas me regalan un río que cruzar, pero las siguientes provocaran tormentas imposibles de andar en tu vida. 
Llora una vez, pero no llores dos; te prometo ser feliz allá donde voy." 

"Esos nuestros lindos y amados difuntos que no vienen a jalarnos las patas, sino a movernos la memoria.

Abuelitas hermosas, Tita y Rosita, acá todo sigue igual, las extraño muchito. Esperando que el tiempo nos iguale para que me abracen de nuevo."

"Fantasmas de mi juventud, momentos divinos. Murieron tempranamente. Los venero hoy como a mis muertos." 

"Los muertos reciben más flores que los vivos porque la culpa es más fuerte que el agradecimiento.

Hay familia que ha muerto y que extraño en vida, y familia que vive y que para mí han muerto." 

"Llora una vez, pero no llores dos veces; tus primeras lágrimas me regalan un río que cruzar, pero las siguientes provocaran tormentas imposibles de andar en tu vida. 

Llora una vez, pero no llores dos; te prometo ser feliz allá donde voy."

"Quienes se nos adelantaron en el camino, nunca se han ido. Les gusta esconderse en las calles, en la música, en la comida, en los sueños... En los recuerdos."


jueves, 7 de octubre de 2021

Casino Shanghai

Cuando escuchamos del término del Electro pop en México, resuenan en los oídos nombres de agrupaciones como Moenia, Belanova, María Daniela o Sussie 4, pero si le escarban más atrás, lejos de los sellos discográficos de renombres y los patrocinios payoleros, se toparan con nombres como Olé olé o Alaska y Dinarama.

Este último, me atrapó en mi niñez, eran mágicos esos momentos en que deberías de tener listo el cassette en el estero familiar para en cuanto sonara la rola, poner la combinación de rec y play para perpetuar por siempre tu viaje musical en la cinta.

Alaska y Dinarama no siempre fueron Alaska y Dinarama, pasaron por nombres como Kaka de Lux o Alaska y Los pegamoides. Fue muy intenso y agradable para mi yo morrito, ver y vivir la evolución musical de Alaska y ver el monstruo en que se convertían.

Creí que lo eran todo electrónicamente, hasta que en una vez en casa de un amigo de la primaria (Oswaldo Benitez), su hermano mayor, al oir que platicábamos de ellos con enjundia y pasión, se quitó sus audífonos tipo Jacobo Zabludowsky de los 70s y nos dijo en tono burlon: -Están chavos-. Y de su colección de Lps, sacó una compilación de una Disquera precursora del sello Rock en tu idioma, llamada ComRock. Había bandas que no sabía que existían en ese momento (Mask, Dangerous Rhytm, Three Souls in my mind) pero se enfocó en uno sola: Casino Shanghai.

Como describirlo, al escuchar ese intro austero y a la vez hipnótico, como poco a poco ese sintetizador se iba apoderando de la música y tus sentidos, con un tono color violeta. Me di cuenta que México aún esconde tesoros musicales. La Voz de esa chica cantando en un inglés respetable, denotaba un hambre de sobresalir, ganas de triunfo. Me contó el hermano mayor de mi amigo, la trágica historia de ComRock como Disquera y de como solo les grabó un disco a esa bandota.

Que demonios. Solo había escuchado una canción y quería más, pero ya no tenia material de ellos. La rola se había quedado solo en mi cabeza. Fue después en una mañana, que en un programa de Ricardo Rocha hicieron un resumen de sus entrevistas y en una de ellas nunciaban a una banda mexicana que iniciaba en los terrenos de lo electrónico, y mientras yo hacía tarea, volví a escuchar esa melodia y de inmediato las mismas tonalidades violetas volvieron a apañar mis atenciones y por primera vez mire tocar a la banda, vestidos con un atuendo de los años 20. Supe que Ulalume, era el nombre de la chica que daba voz a la música que tanto me hipnotizaba. Ya más adelante en el beato mercado del chopo pude conseguir el material completo y un par de fotos de la banda que me llamó la atención y que su vez me abandono.

Es por eso señores del jurado que cuando alguien me comparte un gusto musical, trato de ayudarle a entender que su música tiene un origen, y como todo origen, viene de un cambio, de otro mundo, de un color violeta, unas melodías poderosas y una voz hermosa, que da luz a los recuerdos...

https://m.youtube.com/watch?v=1XPZwmX_cJc&feature=youtu.be


lunes, 15 de marzo de 2021

Ricitos de Oro

Aun puedo recordar las caricias que me hacia mi bis Abuelita Tita mientras me sentaba en sus piernas, o el último abrazo que le di a mi pequeña abuelita Rosa para no volverla a ver jamás, aun siento aquellas manos viejitas que me transmitían amor, pero hoy no hablaré de ellas dos.

A la salida del Jardín de niños Ricitos de oro, me sentaba sobre una jardinera. Sobre de esa jardinera había un árbol de bugambilias. Junto al árbol esperaba el momento más bonito del día, cuando llegaba por mi, mi mamá.

En esa jardinera se sentaba conmigo la miss que era la encargada de educarme, la miss Rebe. Una viejita de cabello canoso, rostro tierno y recuerdo que siempre vestía de negro.

Esa señora por alguna razón me procuraba mucho, me chuleaba las pestañas de mis ojos y me enseñaba inglés con más atención que a los demás morritos. En una ocasión en que su servidor cayó en el hospital por una crisis asmática, ella se preocupo y juro ante Dios y mi Mami que si yo sanaba, sería su José en la pastorela y que además ella me haría el vestuario. Y pues veanme aquí, señores del jurado, el mismo día que fui dado de alta, mis padres me llevaron a la iglesia donde la maestra me esperaba feliz para pagar su manda. 

Hoy que vi una nueva app que trae locos a muchos en las redes sociales, tiene la capacidad de animar una foto antigua de personas que no conocimos con gestos y miradas como si estuvieran vivos. Estaría chingon volver a sentir la mirada de la miss.

En otro orden de ideas, he entendido que, si bien, el recuerdo nos determina, tiene un opuesto más poderoso y ojete: el olvido. De la miss no me queda mucho más que árboles de bugambilias pero sin una foto a la cual recurrir para recordarla. Pero algo no se borra, que después del amorozo regazo de mi madre, tenía también otros lugares favoritos donde me sentía seguro y querido cuando ella no estaba, entre ellas, las manos ancianas de mi querida maestra. 

A veces, además de personas, somos otras cosas. Un abrazo, una manda ante un santo, una oracion, un traje de José, una bugambilia, unas manos viejitas....