lunes, 15 de marzo de 2021

Ricitos de Oro

Aun puedo recordar las caricias que me hacia mi bis Abuelita Tita mientras me sentaba en sus piernas, o el último abrazo que le di a mi pequeña abuelita Rosa para no volverla a ver jamás, aun siento aquellas manos viejitas que me transmitían amor, pero hoy no hablaré de ellas dos.

A la salida del Jardín de niños Ricitos de oro, me sentaba sobre una jardinera. Sobre de esa jardinera había un árbol de bugambilias. Junto al árbol esperaba el momento más bonito del día, cuando llegaba por mi, mi mamá.

En esa jardinera se sentaba conmigo la miss que era la encargada de educarme, la miss Rebe. Una viejita de cabello canoso, rostro tierno y recuerdo que siempre vestía de negro.

Esa señora por alguna razón me procuraba mucho, me chuleaba las pestañas de mis ojos y me enseñaba inglés con más atención que a los demás morritos. En una ocasión en que su servidor cayó en el hospital por una crisis asmática, ella se preocupo y juro ante Dios y mi Mami que si yo sanaba, sería su José en la pastorela y que además ella me haría el vestuario. Y pues veanme aquí, señores del jurado, el mismo día que fui dado de alta, mis padres me llevaron a la iglesia donde la maestra me esperaba feliz para pagar su manda. 

Hoy que vi una nueva app que trae locos a muchos en las redes sociales, tiene la capacidad de animar una foto antigua de personas que no conocimos con gestos y miradas como si estuvieran vivos. Estaría chingon volver a sentir la mirada de la miss.

En otro orden de ideas, he entendido que, si bien, el recuerdo nos determina, tiene un opuesto más poderoso y ojete: el olvido. De la miss no me queda mucho más que árboles de bugambilias pero sin una foto a la cual recurrir para recordarla. Pero algo no se borra, que después del amorozo regazo de mi madre, tenía también otros lugares favoritos donde me sentía seguro y querido cuando ella no estaba, entre ellas, las manos ancianas de mi querida maestra. 

A veces, además de personas, somos otras cosas. Un abrazo, una manda ante un santo, una oracion, un traje de José, una bugambilia, unas manos viejitas....