domingo, 24 de enero de 2016

El renacido: 2 Horas de acción y hueva.

Será esta la mejor película del negro Iñarritu?
DiCaprio por fin ganara el Oscar?
Martín Hernández ganará por el sonido en la película?
Donde perdió la cadenita Carmen?

¿De qué chingayos se trata? Pues, para no meterrnos en tantos pedos, digamos que es la continuación de Pocahontas, pero si Pocahontas ya estuviera difunta y John Smith se hubiera quedado de padre luchón a cargo de un Pocahontín Junior.

Ya en serio: Por allá de 1820, cuando Chabelo ya era puberto,  Hugh Glass (Leo DiCaprio) es un explorador y cazador de pieles; cuyo grupo de cuates se ve atacado por una tribu india. Al huir se internan en el bosque, donde Glass es casi devorado salvajemente por un oso que lo deja como al mismísimo Jesucristo de Mel Gibson. Como lo creían a punto de colgar los tenis, el grupo decide dejar sus últimos días en manos de su hijo, un cazador novato y John Fitzgerald (Tom Hardy). Éste último es malo como la carne de marrano recalentada en microondas y está decidido a terminar con la carga que representa andar cuidando a un madreadísimo Glass, por lo que comete varias cosas ojetes (no los quiero spoilerear). Lo que Fitzgerald no sabía, es que Glass aplicará la de "No andaba muerto, andaba de parranda" y hará hasta lo imposible para cobrar venganza. 

"Ay pinche Winnie Pooh, yo creí que eras mansito"

Mi intención es no dármela de conocedor de cine. Pero si hay que decir algo de esta película, es que las actuaciones, la dirección y la fotografía no tienen tres pesos de madre y, créanme, no hay que ser expertos para darse cuenta.
Como en sus últimos trabajos, Leo DiCaprio se vuelve a aventar una actuación muy chida. Te crees su papel, lo sufres y sientes su dolor. Chance se lleve el Oscar a casa. Claro, esto si no le cae un moco al atole y se lo apaña Eddie Redmayne con lo que haga en "La Chica Danesa".

Imágenes de La Chica Danesa.

Qué decir de la fotografía del Chivo Lubeski, orgullo mexicano que esperamos se lleve su tercer Oscar al hilo. O de la dirección del maestro Iñárritu que seguramente repetirá como mejor director, colocándose casi a la altura del gran director mexicano Enrique Segoviano.

El único pedo es que es lenta, lenta como trabajadora de recepción del IMSS. Llego un punto en que me aventé una chula jeta, es un poco lenta y la neta creemos que le faltó meterle mas punch a la historia. Raro, porque esto no pasa en las películas del Negro Iñárritu, incluso en la fumadísima "Birdman" te mantienen entretenido.

Algo que está muy cagado, es que Leonardo DiCarpio, aparte de lo del oso, se lleva en varias ocasiones unas madrizas ÉPICAS y, lejos de salir mas acabado de cada una de éstas, pareciera que sale con su barrita de salud regenerada. 

Como cuando te pegas con el buró en el dedo chiquito del pie.


En resumen, sí es una película que vale la pena ver, por muchas cosas; pero no esperes acción de principio a fin. Solo disfruta y échale porras, es trabajo de la dirección de un mexicano, pero en este caso, no es su mejor obra.

Ficha Técnica:
  • Director: El Negro, "quiere tumba'o", Iñárritu.
  • Elenco: Leo "Sí cabía en la puerta" DiCaprio, Tom Hardy, Toro Sentado IV, Caballo Loco Jr.
  • Duración: 2 horas 36 min.

martes, 5 de enero de 2016

Idiosincrasia Mejicana

Los mejicanos creen que es naco:

Comer poco y sano, porque si no se atascan con mucha comida mierda cuando salen a tragar, creen que los demás los van a señalar, aunque en el proceso se estén jodiendo la salud y estén gastando a lo bestia hasta en palomitas y hotdogs de precios ultrainflados en el cine.

Caminar o usar transporte público, porque como cuando eran niños o adolescentes, en su escuela les hacían burla por no tener auto, o la posibilidad de algún día no tenerlo, ahora creen que por eso deben vivir esclavizados y pegados a un auto, aunque se jodan la salud, a su medio ambiente, la calidad de vida de su comunidad y demás.

Ahorrar, porque creen en su chaquetera comprensión y visión del mundo, que la gente privilegiada es la que gasta a lo idiota, y no se dan cuenta de que los ricos nada más se aprovechan de estúpidos como ellos. Prefieren ostentar un poco entre sus inútiles allegados, que acumular, reinvertir, admnistrarse, obtener objetos o conocimiento que sí sea valioso y beneficioso, y así sí poder adquirir libremente. Por eso también evitan promociones, porque creen que eso eso los hará quedar mal.

Comprar cosas por calidad y no por marca, porque -claro- caer en las redes idiotizantes de la publicidad es muy brillante y de buen gusto.

Leer y hacer ejercicio. Algún ranchero cagado, con peste de caca de borrego, les dijo que eso no era macho y era para pobres. Y los muy idiotas se lo creyeron. Y andan por la vida perdiéndose un chingo de cosas excesivamente disfrutables, nada más por culpa de lo que les dijo el ranchero cagado tipo El Bronco.

Obedecer reglas, porque si puedes echarte un sentido contrario que te ahorra media cuadra, o pasarte un alto, o tirar la basura en la casa de otro, o cualquier mierda que jode al país, en lugar de empezar a enfrentarlo o denunciarlo en caso de que esté mal hecho, pus "soy bien chingón" realizando todo tipo de infracciones que van reforzando la idea de que en este país jamás habrá Estado de Derecho o un sistema de justicia eficaz, y así jodiéndose a sí mismos la oportunidad de vivir en una verdadera civilización.

Y el más ridículo de todos. Tener una conciencia absoluta de la relación de pareja. Al mejicano o a la mejicana, les fascina estar en relaciones en donde ambos se hacen pendejos. A ella no le gusta estar con él, se la pasa como estúpida soñando con otros hombres u otras vidas, pero ese es "el que le tocó", su "pior es nada". En lugar de crecer, experimentar, vivir, conocer, hacer reflexiones, ser honesta con ella misma, hacer a un lado las presiones sociales, que le valgan verga, y buscar lo que quiere. Se atiene a lo que le toque, es como una especie de animalito salvaje que se arrincona a las faldas de quien más o menos la tolere y le aviente sobras. Y ni hablar de los hombres, que se casan con mujeres que ni soportan, que ni saben si les gustan, pero a los demás -a sus amigos o familiares- les parecen una buena opción, y luego terminan soñando con ganar dinero para poder regalárselo a las putas que les muevan el culo en las narices. Y para acabarla de joder, no buscan tener una pareja pareja, nada más tener a alguien que ahí medio le cague, medio le cagues, una persona con la que ni puede hablar, que ni conoce ni llega a conocer; ah, pero como ya se perpetró el ritual del sagrado matrimonio, a seguir pegado a esa persona, pariendo hijos que ni le caen del todo bien, soportando la frustración de la otra persona y la propia, siendo infiel hasta por el facebook y fingiendo que son muy felices en reuniones. Ni soñar que pueda decirle a la pareja "Tengo ganas de coger con tal o tales personas", porque entonces estaría faltando el respeto a algo que nunca mereció ningún respeto y se desata un horrible drama que nada más es muestra de que la otra persona está igual de necesitada que el que lo sacó a flote.

Eso y mucho más es lo que construye la psicología y forma de pensar típica y diaria que nos rige y construye. Esos actos son los que usan de excusa los políticos para decirle a la gente "Por eso robo, porque ustedes son así", y lo peor es que la gente se lo cree, no les reclaman lo que es su derecho y se quedan con la frase "El cambio está en uno mismo", para después de decirla sentirse que con eso "ya cumplieron" y luego poder seguir haciendo la misma caca de siempre,

Eso es lo que son ustedes, lo que serán sus hijos y la mierda se heredará de generación en generación. No se hagan pendejos.