jueves, 27 de octubre de 2011

Crònica de un religioso rehabilitado.

"Jesucristo vive, El es el señor, y no es el cuento de una religión" -Luis Enrique Espinosa-


Alguna vez, en mi vida paso por mi mente el convertirme en misionero. Esa era en mi la idea que me transmitían en un grupo carismático al que me anexo la Hermana Flor Luna (mi mamá), por ahí de 1989 -90 claro después fui ya por mi cuenta propia, el haber conocido a Cristo fue la experiencia mas agradable que pudo pasarme en la vida, es algo que defenderé con mi vida si es necesario, lo malo (digo yo), fue que lo conocí tan joven, que todas las experiencias que venían con la adolescencia, venían satanisadas la mayor parte, y se presentaban a mi como Eva a la manzana.

Tener Internet en Casa, a temprana edad, no lo consideraría una ventaja después del todo, mi papà, que siempre nos trajo en pura tecnologìa de punta, cumplièndonos cuanto capricho se nos atravesaba, pues el Internet fue una de ellas, con nuestra linea de teléfono y nuestra clave pirata de la UAM, tenia(mos) acceso a un nuevo mundo, imaginense, en plena edad de la punzada, la cantidad de paginas porno que no vi, vídeos con violencia explicita, y sobre todo horas y horas rendiéndole culto a Orfeo con la infinidad de música que baje del Napster, mentando cuanta madre podía en aquel BurundiChat, aparte de utilizarlo de vez en cuando para hacer tarea.

Tanta "ciber-vida desenfrenada" y uno que otro desvarió en mi vida diaria, (sin gota de sarcasmo), me hicieron acercarme al Culto de jóvenes, que ofrecía la iglesia, que era así como un "catecismo reloaded", con muchachos(as), mas grandes que yo, y otros igual de morros que su humilde narrador, y claro supervisado que no me fuera de pinta por mi mamà. Con el paso del tiempo me fui haciendo amigo de todo aquel selecto grupo, claro se habían formado sus grupos como en todos lados, Los ñoños: aquellos que no tomaban nada que no fuera un cafè en el wings o agua bonafont a parte de degustar pelìculas melosas tipo Titanic y ademas de que creian que todo lo alejado de la iglesia era pecado. Los villamelones: ya saben aquel de "solo por hoy y mañana tal vez no lo harè", y Los Rebeldes, los que podíamos hacer cualquier cosa, esperando ese remordimiento de consciencia, que pues la mayoría de las veces no llegaba (que vergüenza escribirlo). todo eso era parte de un sábado rico pero a la vez rutinario, de pronto a medida del paso del tiempo, mi consciencia no solo se cauterizo, sino que se reveló contra aquel sistema establecido en ese Grupo Cristiano, si bien no soy el mejor mùsico del mundo, quería pertenecer a un grupo de alabanza, pero por que no fui elegido? solo Dios lo sabrà, que me faltaba?, si, esta bien, reconozco que mi juventud cristiana no fue precisamente una vida ejemplar, pero mi mente cochinota, sucia y ardida sentía envidia al ver a mis compañeros de grupo que si podían hacerlo. Ese fue el principio de mi decadencia espiritual en ese entonces, me descubrí y me acepté como un ser incapaz de poder alcanzar un ministerio, me salió un desinterés por comprender la organizaciòn, usos y costumbres de la fe cristiana en esa iglesia, deserte por complèto del culto dominical y de mirar a las chicas guapas que llegaban de vez en cuando. (había una en el coro, con un trasero descomunal), pero bueno... no me saldrè del tema.
 
Conforme pasaba el tiempo, ya había tenido ciertos debates  (en buen plan)con uno que otro líder y uno que otro compañerito, por diferencia de ideas y falta de tolerancia(que debo aceptar fue por ambas partes), leía minusiosamente o al menos eso creía, la biblia ya no con el afàn de aprender, si no para rebatir lo enseñado, me obsesione y sufrí con la idea de irme al infierno, sin embargo ahí no se detuvo mi fe cristiana, en verdad me interesaba tanto la teología y lo que Dios en verdad quería decirnos, que me dediqué a leer cosas por Internet, asistí a retiros espirituales, pensaba en que podía cambiar la tendencia religiosa que giraba a mi alrededor (como todo buen personaje de izquierda, quería mover lo establecido). Al no poder más, me retire de aquel club religioso-social, y me dedique a la idea de que si no iba a ser soldado de Cristo, seria soldado de la clase media, tenia que mantener ya mis vicios adquiridos, y mantener a mis novias en turno. Jamás paso por mi la idea de ser ateo, como lo dije antes, no podría y no puedo negar mi fe por Jesucristo. Claro que como todo joven curioso, también leí a Marx, debatía y platicaba con amistades acerca de Nietzsche, y por ahí de la actualidad me dedique a leer y comprender ciertos decretos de la metafìsica. No me malinterpreten, el evangelio de Cristo es uno, el muriò por nosotros, para salvar al mundo de una muerte espiritual, nos ama y nos espera ansioso y amoroso, pero gracias tambièn Dios mio por ese regalo maravilloso que se llama consciencia y entendimiento.

Hoy asisto (esta bien, de vez en cuando) a otra iglesia, donde la primera vez que fui, estaba de líder un chavo bastante inteligente, y se salìa (por su juventud creo yo) del molde de padrecito español, regañon que todo sataniza y que te exhibe ante la comunidad por tus actos. Con èl podias hablar de temas densos e intensos, que no se podían en el otro grupo, aquello no tendia a ser un negocio familiar, eres libre de estudiar para aprender lo que tu desees, se podían hacer cosas por la demas gente sin pedirte un solo centavo, todo lo pone la iglesia solo hace falta tu disposiciòn. y una vez más se avivò mi fuego por la fe cristiana, sigo leyendo la biblia, aun vibro cuando leo los milagros de Moises en Egipto, me apasiona leer sobre las masacres de Josúe y David, la sabiduría de los Salmos, el erotismo del Cantar de los cantares( el que lee, entienda) y los misterios del apocalipsis, siempre se descubre algo nuevo.Y hoy a mis treinta y tantos, todavía lucho contra mis demonios, vicios y defectos, aprendí a no mirar la paja en el ojo ajeno, los actos de las personas a mi alrededor, que mira que muchos si te hacen exclamar "ah jijo", ya no me harán mella en mi fe, ya no hay pretexto señores. Respeto, amo y admiro a Jesús, y es por eso que estoy en la tarea de transmitirle ese amor y esa confianza que da el vivir bajo su respaldo a mis hijos, que honor amigos, el sentarme a orar con ellos, a bendecir los alimentos y enseñarles el evangelio de Dios para nosotros, y cabe señalar, que doy gracias a Dios por la tecnología, esos DVD's y demás material electrónico que nos hacen la tarea mas fácil (mira que son curiosos esos vegetales y su forma única de evangelizar e inculcar valores morales cristianos).

Es por eso, que hoy sufro, exclamo y pido "Señor, yo quiero ser como Tú, porque ellos (mis hijos) quieren ser como yo. (Oh cielos)"

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