sábado, 5 de noviembre de 2011

Generaciòn en degeneraciòn

Se han fijado que mucha gente dice ‘pegostioso’ en lugar de pegajoso?, haiga en lugar de haya (no señores,no es la continuaciòn del blog pasado de la Hipocresia en el Lenguaje)es como ese otro horripilante terminajo inventado de seguro por un ingeniero gilipollas, en sistemas con poco o nulo respeto por la lengua: ‘accesar’. Es tan generalizado su uso que creo que hasta el Lic. Iñaki Manero dice accesar (es broma, Lic Manero, usted sí tiene un vocabulario digno de un comunicador de la radio) cuando acceder es una palabra respetable y que sobre todo, sí existe en el diccionario.

La verdad es que hablamos de la burger. Sí, hablamos de la vértebra. A huevo que hablamos de la chin, y creo que es el resultado de haber visto demasiadas caricaturas en la infancia. Mi generación (acabo de cumplir los 30 y tantos, saquen cuentas), que por alguna extraña razón alguièn tuvo a bien llamarla Generaciòn X, creció con una nana electrónica de antenas de conejo y canales básicos (el 2, 4, 5, 7, 9, 11 y 13 y pues tambien el 22). Yo sé que el acento yucateco de Cucho era la onda, que el mundo viajado fantastico-fumado de Jim Henson con su muppets, era increible, y que las meras desgracias del triste Remi y la tragedia nautica de la familia Robinson era los mas deprimente en nuestras vidas, pero cuendo dichos personajes se convierten en tu referencia cultural, diablos, empiezan los problemas.

¿Y la educación sentimental? Ah, esa también tiene lo suyo. Las mujeres de mi generación crecieron viendo Candy Candy un culebrón japonés en el que una huérfana de ojos desorbitantes e hidrocefalia aguda pasaba las duras y las macizas penas para decidirse entre dos galanes, a saber, Terry y Anthony. Y acreo que tambien por ahi de la niñes de mi hermana soñaba con el ahora gay declarado Pablito Ruiz.

Pero tambièn los hombres tuvimos nuestra educacion sentimental adorando a la princesa Leia en Star Wars ya en su faceta de bailarina exòtica en ese congal de Jabba The Hut, soñando en besar tiernamente a la lindìsima Maria Joaquina, esa gûerita ojete de clase alta en la novela infantil de Carrusel. 

Ah, maldita generación disfuncional. El Inegi dice que en 1970, de cada 100 bodorrios en México, 3.2 acababan en divorcio. En 2003 (agárrense, chamacos), la relación ha subido a 11 de cada 100, y por si fuera poco, quitandole dos ceros al sunto, 9 de cada 10 se mandan al carajo. Y estos son sólo los que oficialmente consumaron el divorcio, ahora piensen en todos los rompebolas que nomás se separan y se dicen “ahi te ves en un espejo, panzón y viejo” o "me voy con la vecina, por que ella si se arrima". Los mexicanos, según el Inegi, se casan a los 23 años (ellos) y a los 20 (ellas). Los mexicanos  se divorcian en promedio a los 31 (ellos) y a los 34 (ellas).
Entre esos 8 y 12 años de felicidad, !Recorcholis¡ (expresión de caricatura que puede ser sustituida por “rempámpanos” o “diantres”), debo alarmarme, me faltan como 4 años para romprer esa estadìstica maldiciòn.

¿Ven a lo que me refiero cuando les digo que una generación entera no puede dejar su educación sentimental en las manos de George Lucas y la cabezona de Candy? Es como si alguien te dijera “sí guey, aprendí a apreciar el valor de la vida gracias a Remi” o "aprendi a querer a mis papis postisos gracias a Heidi y al amor que le tuvo a su abuelito" . Uff. No me extraña que ahora haya un superávit de treintañeros sin rumbo, solos, deprimidos, adictos a alguna droga legal o ilegal (o en recuperación de), jugando al condesero eterno, pingando con lo primero que se les atraviese (hombre, mujer o quimera), huyéndole al compromiso, haciendo amistades por Xbox Live y teniendo cibersexo por el Messenger la noche del viernes.  

Mañana le hablarè a mi hermana para preguntarle de quién estaba enamorada.
a)Pablito Ruiz Rockhudson, 
b)Remi Sufrosufro
c) o (gulp!) de CandyCandy Todosmios?

Su respuesta serà lo de menos, ni siquiera tengo que darle opciones: Ya esta casada, no le queda mas que evitar que la generaciòn de su hija, La Peke, se vìctima de una educaciòn sentimental encabezada por el Justin Bieber o peor aun por el niño-niña de Lady Gaga, Dios nos ampare, a final de cuentas el sentido común es bueno, en esta vida, todo lo que se necesita, es amor.( y un muppet en quien confiar).

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