martes, 15 de noviembre de 2011

Una crónica del mas allá, desde el mas Acá

En estas fechas de Día de Muertos, ver la curiosidad de mis hijos acerca de poner la ofrenda, de asimilar que no participan en dicha celebración, a saber que en casa seguimos y apoyamos la Fe Cristiana (o al menos eso tratamos)es cada vez más interesante. Mis engendros han aumentado cantidad de preguntas formuladas sobre los muertos, esos seres que según la costumbre mexicana, se mueren, y solo por un par de noches, regrezan para darse un gran atracon, como cuando estaban vivos, esos seres que se hacen a un lado, se estan quietos y están “en todas partes en secreto”. Al mismo tiempo, parece existir en ellos (mis niños) una certeza de que al morir te vas a otro lado, que es un hecho indiscutible que ya no estarás aquí, donde están (en su caso) tus lápices de colores, tu almohada, tu uniforme, tus muñecos de Mario Bros. Por supuesto, les domina la idea general de que ese “otro lado” es un misterio y que ademas estarán con Jesús.

Su papá(o sea yo) no puede decirle con exactitud qué hay allá, lejos de lo aprendido y sabido en la escuela dominical. Pero Hayao Miyazaki-San con sus hermosas películas sí les dice varias cosas al respecto, claro al puro estilo del anime. Solo asi es como ellos se imaginan las cosas. A veces luminosas y a veces oscuras, supongo. Parecen intuir que morir es doloroso, pero más bien saben que la idea de la muerte es dolorosa. Un día mi hijo Imanol tenia un dolor en el diente y fue algo casi de shock: pensó que se moría. Fue como haber probado un pedacito de la muerte. Desde entonces  es un poco más cuidadoso. Se la piensa más antes de hacer una locura. No mucho, claro. Apenas va a cumplir seis años. En cambio, Israel es mas  aventado, salió temerario, no le asusta ni la altura y ni las caidas, a excepción de Bowser el dragón de Mario Bros. pero se le quita cuando gana.

Lo bueno es que a esa edad la idea de la muerte es muy lejana. Es muy ligera. Así lo dice Paul Bowles, que como no sabemos cuándo llegará la muerte, “llegamos a pensar que la vida es un pozo inagotable”. Por mí es perfecto que mis hijos se lo crean así. No me interesa tener a mi lado a unos niñitos de seis y cinco años con problemas existenciales tipo "El ángel malvado". En su mundo hay colores y juegos y muchas risas y Yakults que se hayan vacíos por doquier.  Sus vidas se irán complicando como deba de complicarse, pero por ahora es suficiente.

Igual es imposible huir de estas fiestas como el día de muertos, yo no satanizo las costumbres mexicanas, solamente no participo, al contrario ver al personajaso aquel llamado "la Calavera Catrina" del maese Posadas, ver como se mofa de la muerte y hasta la misma huesuda tiene sentido del humor, me hace recordar al Apóstol Pablo predicando aquel versículo temerario de "Para mi el vivir es Cristo y el morir es ganancia", eso es Fé señores, también de dolor se canta diria Don Pedro Infante. La muerte está en todos lados. Y mezclado con el Halloween, lejos de los bacanales de treintañeros poniéndose ebrios, disfrazados y el consumismo de los centros comerciales, también nos recuerda que aquí estamos los vivos y los muertos, quizá, están allá en un mundo invisible. Lo tétrico, lo espantoso, lo grotesco y lo monstruoso equilibra nuestras vidas de un modo maravilloso, quien no le tuvo miedo al diablo?. Nada mejor que la muerte para recordarnos que no todo en la vida es afanarse por las cosas diarias, no todo es verificar el auto, no todo es llegar a tiempo a la chamba, no todo es complacer al cliente, no todo es sacar la máxima calificación en ese examen. La muerte misma es el mejor recordatorio, como decía Rulfo, de que “la vida no es tan seria en sus cosas”. Todos nos vamos a ir a la huesuda en algún momento. Qué bonito pensamiento, claro apartando ya nuestro destino final con Diosito(que quieren yo si creo y le voy a Cristo)la fe puede salvarnos de alguna manera . Lo cual puede ser reconfortante. Por lo demas hay que aprovechar esta vida y darle su justa dimensión. Porque quizá solo sea un paso a lo que sigue. Estoy seguro que si hay algo mas, No quizá, digo. No me interesa convencer a mis lectores ateos, pero creo que todo nos dicta y nos apunta de un nuevo destino, comienzo o un nuevo mundo, pasando por un umbral.

Dos grandes historias infantiles nos dan pistas sobre el paso por el umbral: Uno es "Alicia en el pais de las maravillas" y el otro “El viaje de Chihiro”. El nerd respetable sabrá que Miyazaki es un gran admirador de Lewis Carroll. Bueh, Lewis Carroll es como el nerd original, el Adán de todos los nerds. Así es que no sorprenden las analogías entre dos obras maestras de Mizayaki-san, como Tonari no Totoro –donde destacan las semejanzas entre el Gato de Chesire(Alicia) y Totoro y el Nekobasu(Tonari no Totoro), y Chihiro donde el personaje principal hace eco a la tan famosa y clásica Alicia.
En todas las historias donde alguno de los personajes cruza un umbral para pasar de un mundo a otro hay algo de tétrico. Chihiro se queda atrapada en un mundo con tintes fantasmagóricos. Lo mismo le sucede a Alicia: al perseguir al conejo acaba cayendo en un agujero que la lleva a otro plano, a otra realidad. ¿Y no es esa la muerte misma? Como espectadores, quizá lo que estemos viendo en Chihiro y Alicia sea su paso al otro lado, su camino lento y tortuoso al inframundo o si no lo creen, echen a volar su imaginacion y sean ustedes los caen a lo desconocido, esta para mancharse los calzones. Quizá están muertas y no lo saben aún, pero deben terminar con una serie de tareas pendientes antes de poder avanzar a lo siguiente. El otro día vi por primera vez  El viaje de Chihiro con mi hijo Israel-san y me preguntaba justo eso: ¿se murio Chihiro papá? Lo cual es una pregunta bastante ociosa, porque las historias fantásticas no necesitan mostrarnos los hechos, los frutos de la imaginación no necesitan explicaciones necias, parafraseando a mi buen Rui lo que es un hecho es que a lo largo de nuestra propia y privada jornada del héroe debemos cruzar por varios umbrales. La muerte es uno más. No me da miedo tener que pasar por ella, pero sí hacerlo sin la gente a la que amo. Seguramente ustedes sienten lo mismo. Las ausencias pueden ser más ojetes que la muerte.

“Mientras los niños crecen, tú, con todos los muertos, poco a poco te acabas”, dice Sabines. Es la verdad. La vida florece, lo veo todos los días en esos chamacos que alumbran mi vida ,con los que veo películas de fantasías fantásticas. Y en otro lado, los muertos siguen muertos
.
Y aquí, hoy y ahora lo que se debe de hacer es ofrendarnos a nosotros lo vivos una buena ofrenda de comida, esa misma que nos encanta, y que nos hace sentir vivos, total esas 400 calorías que se van a meter no van a importar ni un carajo cuando estemos en el panteón. Se los juro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario